domingo, 26 de marzo de 2017

Fugaces

Coltrane está tocando en un tétrico y oscuro antro de Nueva Orleans, sentado en un taburete,vagamente iluminado por un foco violáceo junto a una mesilla redonda donde descansa un vaso de Bourbon al lado de un paquete de cigarrillos americanos.

Su curtido saxofón tenor, emana "In a sentimental mood" ante un auditorio indiferente, gentes más preocupadas por perseguir sus fantasmas interiores que por dejarse embaucar por la fuerza nostálgica de la composición.

En el ala derecha de la sala una pareja se mira a los ojos con la mirada vacía, no se dirigen palabra alguna a pesar de la leve distancia que los separa. En la otra, un hombre de negocios da pequeños y constantes sorbos a su vaso de coñac mientras una colilla se consume en el cenicero elevando los últimos suspiros al techo.

Coltrane arranca del instrumento desgarradas notas llevando a los músicos a volar junto a él. Su cuerpo adopta posturas manieristas mientras ambos carrillos se inflan al compás de las notas. El pianista le sirve de pilar en la composición, anclado en el fondo del escenario guía los dedos al son de acompañar a John.

Al terminar, la luz del foco se extingue y, junto a ella, la música de Coltrane desaparece de la memoria de Holles quién empieza a mirar fijamente el rostro de Liv iluminado por el reflejo de la vela posada en la mesa del comedor.

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